Hacia Adentro

Con la situación que estamos enfrentando actualmente, seguramente ya habrás escuchado que es momento de ir hacia adentro, pero si nunca antes lo has hecho, es probable que te estés preguntando ¿qué quieren decir exactamente con esto? Y ¿en qué me beneficiaría hacerlo?

Bueno, pues podríamos empezar por hacernos conscientes de cómo las creencias, patrones y evolución de nuestra sociedad nos ha llevado a pensar que la felicidad se encuentra en lo que está fuera de nosotras, y siendo aún más específicas, identificarnos con las etiquetas que nos representan frente a otros allá afuera, y es sólo cuando vamos hacia nuestro interior que somos capaces de reconocer nuestra verdadera esencia, y comenzamos a darle intención a nuestra vida desde lo más profundo de nuestro ser.

Es en esta conexión con nosotras mismas donde nos damos cuenta de que sin importar las circunstancias de vida, y los cambios en el exterior, hay algo que permanece y que nunca cambia, nuestro Verdadero Ser; y es esta certeza la que nos sostiene ante cualquier dificultad o circunstancia inesperada, es donde podemos volver cada vez que sentimos que todo se derrumba y donde encontramos la fuerza para superar lo que se ponga frente a nosotras.

Así que ir hacia nuestro interior en estos momentos, significa pausar, y trabajar en nuestra conexión con nosotras mismas, permitirnos sentir todas las emociones y sensaciones que estamos experimentando, pero teniendo la capacidad de dejar ir, volver a nuestro centro y encontrar paz; no es un trabajo fácil, pero es posible.

Estas son dos herramientas que te pueden ayudar:

Date un respiro

La primer herramienta y la más poderosa también, es tu respiración. Sí, así de sencillo comienza todo, con algo que más de una vez, si no es que siempre damos por sentado, y difícilmente reconocemos en nuestro día a día.

Hacernos conscientes de nuestra respiración no sólo nos ayuda a nivel físico, pero también nos da una herramienta para calmar la mente e incluso iniciar la práctica de la meditación de manera sencilla.

Date un minuto, así sin más y donde estás, cierra tus ojos y observa tu respiración, solo siente tu inhalación y exhalación sin modificar nada, puedes poner una mano sobre tu pecho y otra sobre tu abdomen y siente cómo con cada inhalación el aire entra y tu cuerpo se expande y, en la exhalación el aire sale y tu cuerpo se contrae, y continúa respirando, poco a poco trata de alargar el tiempo de tu exhalación, un poco cada vez. Cuando estés lista abre tus ojos, y observa cómo te sientes, ¿cambió algo? Recurre a este ejercicio cada vez que las emociones  te sobrepasen, o el estrés salga a flote, y verás cómo algo tan sencillo puede hacer la diferencia ante cualquier circunstancia.

Meditación: Desmitificando la práctica

La práctica de la Meditación, te ayudará a fomentar una consciencia profunda, y encontrar tranquilidad y paz en tu vida diaria; pero como dije se trata de una práctica y la constancia es importante; con tan sólo una sesión probablemente sentirás sus beneficios, pero mantener una práctica continua te ayudará a hacerte más consciente y verlos más claramente.

Meditar es más fácil de lo que se cree, y es algo accesible para todos, pues contamos con una herramienta que siempre está a nuestro alcance, la respiración.

Puedes utilizar tu respiración como ancla para llevar tu atención ahí, sin importar que los pensamientos aparezcan, regresa tu atención a tu respiración una y otra vez; ya estás meditando.

Contrario a lo que se cree, meditar no es poner tu mente en blanco, es simplemente abrir espacios entre nuestros pensamientos, espacios de posibilidades infinitas a los que llegamos a través del silencio; silencio en el que aprendemos a escuchar nuestro interior, donde hallamos todas las respuestas y aprendemos a vivir con intención.


Foto: Levi XU

Previous
Previous

Cuidando de mí

Next
Next

Tiempo en Familia